Cabeza la Vaca finalizaba ayer, Domingo de Resurrección, su Semana Santa con la ''Procesión del Encuentro'', y su popular quema del Judas, a cargo de las Hermandades de San Benito Abad y la Hermandad de la Santa Cruz.
El Jesús Resucitado salía de la Iglesia portado por cuatro niñas y acompañado de los fieles que no quisieron perderse el particular encuentro con San Juan y María Magdalena. Entre los aplausos de los vecinos y visitantes y el estruendo de la traca se producía el encuentro del Cristo Resucitado, una de las procesiones más singulares de Cabeza la Vaca. ''Se tira una traca para simular la rotura de la puerta de la cueva donde Jesús fue enterrado'' nos explicaba José Antonio Sánchez miembro de la Hermandad de San Benito y Rafael Castro de la Hermandad de la Santa Cruz.
Tras el fin de la procesión, los pitidos de varios coches avisaban de la llegada del Judas, monigote relleno de petardos que los miembros de las directivas de ambas Hermandades pasean por las calles subido a un remolque y seguido por una hilera de coches de vecinos.
El Judas representa cada año a un personaje de actualidad, ''es confeccionado por un grupo de amigos y miembros de las hermandades'' nos contaba José Antonio, ''este año hemos elegido al Pequeño Nicolás, porque ha sido un personaje clave, siempre presente en televisión, radio y prensa''.
Antes de la quema del Judas, las Hermandades rifaron un lote de productos que compran en las empresas y comercios locales, de esta manera los vecinos colaboran y es posible cubrir los gatos de la Semana Santa.
El momento más esperado del día se produjo ante la mirada de cientos de personas, el Judas colgaba en medio de la calle cargado de petardos, la gente se alejó y comenzó el fuego. La figura del Pequeño Nicolás se deshizo entre las llamas y el estruendo de los petardos, que cubrieron la calle de humo y olor a pólvora entre los aplausos de los vecinos.