Una de las leyendas más conocidas de nuestra provincia es la que habla sobre el monasterio de Tentudía. Por si hay alguien que aún no la conoce, aquí os la contamos:
El arquetipo de monje guerrero de la reconquista lo encarna, sin duda, el maestre santiaguista Pelayo Pérez de Correa, más conocido como Pelay Correa. Rodeado de hazañas milagreras, "el Cid de la Baja Extremadura" como lo definen algunos, dejó por estas tierras la impronta de sus realidades y de sus leyendas.
Cuentan que fue una atardecida del mes de septiembre de 1247 cuando el ejército cristiano se encuentra en estas sierras con una patrulla sarracena a la que se enfrentan. La tarde comienza a caer y les falta tiempo para la victoria. Cuentan que Pelay Correa al ver el sol ocultarse por entre las montañas, elevó los ojos al cielo e invocó a la Virgen, cuya fiesta se celebraba:
- ¡Santa María, detén tu día!
La batalla de Tudía acabaría convirtiéndose en un milagro y dando nombre a la sierra, al convento y a la virgen, porque aseguran las crónicas que el disco solar se mantuvo enhiesto sobre la raya del horizonte hasta que las tropas cristianas consumaron su victoria.
En agradecimiento al milagro, Pelay Correa construyó allí una ermita y más tarde un pequeño convento.
El monasterio, que está declarado Bien de Interés Cultural de carácter nacional, conserva en un lugar destacado, junto al altar que preside la imagen de la Virgen de Tentudía, una placa que recuerda que allí descansa para siempre Pelay Pérez Correa, el autor de la famosa frase.
Curiosamente, Tentudía sigue conservando un marcado simbolismo solar. Aún hoy, los ancianos saben que el monasterio marca el punto máximo del sol y afirman: "Cuando el sol en Tentudía, las doce del mediodía".
El texto es de Israel J. Espino.
La ilustración es de Borja González.
La edición de la guía “Rutas mágicas por la provincia de Badajoz” es del Patronato de Turismo de Badajoz de la
Diputación de Badajoz
