¿Merece la pena cumplir su destino? Esto es lo que se plantea Aquiles, el semidios hijo del mortal Peleo, rey de los mirmidones y de la diosa marina Tetis. Eso es lo que se plantea hastiado tras nueve años de batalla contras los troyanos en la que muchos han perdido la vida y que traerá más sangre con la muerte de su amigo Patroclo y, en consecuencia, del caudillo troyano, Héctor. Violencia, sangre y compasión se entremezclan en esta obra basada en la ‘Ilíada’ que dirige José Pascual.
El Teatro Romano de Mérida se convierte en una gran playa de arena blanca frente a las murallas de Troya con 25 toneladas de polvo de cuarzo para acoger los momentos más humanos y de debilidad de un Aquiles que está cansado de la guerra y se empieza a plantear si de verdad conseguir cosas mediante la violencia tiene sentido o si, por el contrario, se puede conseguir lo mismo pero de mejor manera.
Así se lo hace saber a los guerreros griegos, Ajax, Ulises, Néstor, en el campamento Aqueo a los que asegura que la guerra es “una absurda espiral de destrucción” y también a su esclava favorita Briseida, cuyo marido y hermanos fueron asesinados por Aquiles, pero frente a lo que la esclava no le guarda rencor sino todo lo contrario; situación que el semidios no comprende y por la que se culpabiliza mostrando su lado más humano y sufridor y menos violento y guerrero.
Muy a pesar de Aquiles la acción y la batalla se volverán a desatar cuando el caudillo griego Agamenón le humilla al arrebatarle a Briseida, su esclava favorita, y este decide renunciar a la lucha. Sin embargo, será entonces cuando su íntimo compañero Patroclo sea asesinado por Héctor, el caudillo troyano, y Aquiles vuelva a tomar las armas para enfrentarse en duelo a Héctor y matarle.
En este punto de nuevo surgirá el Aquiles más cruel al que posteriormente dará paso un Aquiles compasivo cuando Príamo, el padre de Héctor, se presenta ante él y le pide que le entregue el cadáver de su hijo para darle sepultura.
El reparto lo protagoniza y eclipsa Toni Cantó que se deja el alma en su papel al igual que el Rey Agamenón interpretado de forma majestuosa por el actor Miguel Hermoso.
Junto a ellos la esclava favorita de Aquiles, Briseida (Ruth Díaz) y sus guerreros Óscar Hernández (Diomedes), David Tortosa (Ulises), Rubén Sanz (Ayax y Héctor), José Ocio (Néstor), Philip Rogers (Clacas y Priamo) y Lourdes Verger (sacerdotisa).
Música, escenografía y un vestuario que mezcla lo contemporáneo con lo clásico, como ocurre con los ropajes del rey Agamenón, hacen que los espectadores se sientan imbuidos en el campamento griego situado en la costa de Ilión y en todo el horror que conlleva una guerra.
