Los hidratos de carbono o carbohidratos son unas biomoléculas que contribuyen en el almacenamiento y en la obtención de energía de forma inmediata para nuestro organismo. Unas moléculas que, por tanto, son fundamentales para la nutrición y la alimentación de cualquier persona y que no pueden faltar en cualquier dieta sana y saludable.
Los carbohidratos están formados por tres elementos fundamentales: carbono, hidrógeno y oxígeno. Si bien como acabamos de decir la principal función de estas moléculas es la energética, hay ciertos hidratos de carbono (los polisacáridos) que están relacionados con las estructuras de las células o los aparatos del organismo.
De entre los productos que pueden verse en esta guía sobre como tomar los batidos de Herbalife podemos encontrarnos, precisamente, con bebidas de carbohidratos, ideales para tomar durante la práctica de ejercicio de alta intensidad. Son bebidas completas, vigorizantes y saludables que poseen un gran sabor y que suelen presentar una mezcla de hidratos y proteínas.
El organismo convierte los hidratos de carbono que recibe en glucosa. Parte de este tipo de azúcar es el que utiliza nuestro cuerpo para producir energía, mientras que la glucosa sobrante se convierte en otro tipo de azúcar que recibe el nombre de glucógeno. El organismo almacena este último en el hígado y en los músculos para poder usarlo en un futuro. Un glucógeno que puede convertirse también en glucosa para satisfacer aquellas necesidades que requiera nuestro cuerpo en un determinado momento.
Los hidratos de carbono simples y complejos
Si hablamos en términos de nutrición, debemos distinguir entre los hidratos de carbono simples y los complejos. La distinción se basa tanto en la estructura como en la rapidez y el proceso de absorción por parte del organismo.
Los carbohidratos simples
Los carbohidratos simples son aquellos que proceden de los alimentos e incluyen la fructosa (que se encuentra en las frutas) y la galactosa (en los productos lácteos). Se puede decir que constituyen la forma más rápida de obtener energía para el organismo, aunque mucha de esta energía no se va a utilizar y se almacenará en el cuerpo en forma de grasa. Por tanto, se recomienda consumir en pequeñas cantidades, no superando el 10% de la energía total.
Los alimentos ricos en este tipo de carbohidratos son las frutas y verduras, la leche y los productos derivados de esta como el queso y el yogur, los azúcares y productos refinados (harina blanca, azúcar y arroz), la mermelada, los dulces, el pan blanco, los bizcochos, la bollería industrial y las galletas.
Los carbohidratos complejos
Los carbohidratos complejos, por su parte, resultan de la unión de tres o más azúcares y abarcan la lactosa (también presente en productos lácteos), la maltosa (aparece en varias verduras o en la cerveza que se elabora con cereal de malta) y la sacarosa (se halla en el azúcar común). Su absorción es más lenta y la energía que aportan es gradual, por eso sacian más y ayudan a controlar los niveles de azúcar en la sangre. Además, son ricos en fibras, vitaminas y minerales.
Los alimentos ricos en hidratos de carbono complejos son las legumbres, las verduras ricas en almidón, las hortalizas, los panes y aquellos productos que incluyan cereales integrales, la pasta integral y los tubérculos.
Principales beneficios de los hidratos de carbono
El consumo de hidratos de carbono resulta fundamental en cualquier dieta equilibrada. Precisamente, brindan numerosos beneficios para nuestro organismo.
En primer lugar, van a permitir que nuestro cuerpo se pueda mover, ya que son la principal fuente de energía, por delante incluso de las grasas y las proteínas. Pero no solo necesitarán de carbohidratos los músculos y los huesos, sino también el cerebro. La glucosa de los hidratos de carbono pasa directamente al cerebro para que la mente pueda funcionar correctamente.
A su vez, hay que señalar que los carbohidratos mejoran el estado de ánimo. Especialmente aquellos que son de tipo complejo, puesto que estos son ricos en vitamina B, esencial para el óptimo funcionamiento del sistema nervioso, generando así un estado de ánimo más saludable.
Por último, hay que desterrar la idea de que los hidratos de carbono engordan. Sin ir más lejos, al liberar energía de forma gradual, los carbohidratos complejos ayudan a la que la sensación de saciedad dure más en nuestro organismo. Además, ayudan también a prevenir la diabetes y los problemas de corazón.
Se considera que una dieta sana debe suministrar al menos un 50% de carbohidratos, un 35% o menos de grasa y el resto en forma de proteínas.
En definitiva, los hidratos de carbono son necesarios para que nuestro cuerpo funcione correctamente. No en vano, forman parte de los tres micronutrientes básicos y son indispensables en cualquier dieta sana y equilibrada. De ahí que no podamos prescindir en ningún momento de ellos.
